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Salir de las redes sociales a las calles

Activistas independientes en Cuba usan métodos innovadores

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Un grupo de activistas por los derechos LGBTI+ en Prado y Malecón en La Habana el pasado 27 de octubre. (Foto cortesía de Jimmy Roque Martínez)

Nota del editor: Tremenda Nota es una revista electrónica independiente que documenta la comunidad LGBTI+ del país y otros grupos minoritarios. Tremenda Nota es una pareja de contenido del Washington Blade.

Esa nota salió originalmente en el sitio web de Tremenda Nota.

LA HABANA — Mientras las iglesias se oponen a la aprobación del matrimonio igualitario en Cuba y el Cenesex mantiene una postura pública discreta, los activistas LGBTI+ — menos organizados que las instituciones religiosas ― promueven campañas en diferentes soportes y medios.

A las tres de la tarde del 27 de octubre de 2018, en la intersección de Prado y Malecón, La Habana, debía celebrarse una besada — o Besuqueo, como le llamaron sus organizadoras — en apoyo al matrimonio igualitario. Unas horas antes habían confirmado su asistencia más de 600 personas y la invitación había sido compartida un centenar de veces en redes sociales. “Sacar los besos del clóset” era la divisa.

Durante el Besuqueo el Proyecto Abriendo Brechas de Colores (ABC) — LGTBI — un grupo que busca “generar espacios de diálogo entre los discursos religiosos y sociales en torno a los derechos de las mujeres y las personas LGBTIQ+” ― entregaría folletos sobre el fundamentalismo religioso, así como carteles y pegatinas alegóricos a la diversidad sexual y de género.

ABC también planeaba proyectar videos producidos en la campaña Todos los derechos para todas las familias. Los besos más creativos quedarían plasmados en una sesión de fotos. En esa zona del Prado se “izarían” banderas de la diversidad.

Sin embargo, un día antes de la cita ABC canceló públicamente el Besuqueo por no recibir el permiso estatal para tomar la calle.

Pese a la suspensión, a la hora y el día previstos hubo un flash mob (movilización relámpago) en Prado y Malecón. Acudieron las organizadoras del evento y otros activistas vinculados al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex). Se besaron.

El Besuqueo no trascendió más: Asistieron unas 30 personas, en lugar de la multitud que podía haber acudido.

La cancelación del evento y la actitud reticente de sus promotoras generaron críticas de varios activistas en las redes sociales. El poeta Norge Espinosa resumió su decepción así: “El activismo de veras se hace con arrojo, con la disposición precisa a ir más allá de los límites permitidos, o no se hace”.

Paradójicamente, dos días antes de que ABC cancelara el Besuqueo, la Iglesia Metodista de Marianao reunió unos 3.500 feligreses en los alrededores del templo para mostrar su desacuerdo con el matrimonio igualitario, según informó la propia institución en su página de Facebook. Celebraron un culto multitudinario, sin permiso de nadie.

Iglesias versus activistas

Hasta ahora las iglesias cubanas han mantenido una postura firme en contra del matrimonio igualitario y “la ideología de género” en las páginas institucionales de sus redes sociales.

Pero su activismo también ha traspasado las fronteras del mundo virtual. Los feligreses han distribuido a lo largo del país carteles y pegatinas que defienden el “diseño original de la familia, como Dios la creó”. También se han manifestado en las calles aledañas a sus templos y, como si fuera poco, han “publicado” sus mensajes en el “paquete semanal”, la variante cubana a la internet.

Ahora quieren llegar más lejos. La reverenda Alida León, presidenta de la Liga Evangélica de Cuba, confirmó a Tremenda Nota que una veintena de denominaciones recogen firmas contra el artículo 68. “No tenemos nada en contra de los homosexuales, pero exigimos que se conserve el concepto de matrimonio como Dios lo creó”.

En efecto, el pasado 13 de noviembre más de una decena de denominaciones cristianas hicieron pública una carta enviada a la “Comisión Constitutiva del del Proyecto de Constitución, Comité Central del PCC”. Las 13 iglesias que suscriben el documento aseguran haber recogido casi 180.000 firmas contra la modificación del concepto de matrimonio en el proyecto de Carta Magna.

La comunidad cristiana podría votar No en el próximo referendo si se mantiene el artículo 68 en el Proyecto de Constitución. En su texto “El artículo 68: Evangélicos, católicos, el movimiento LGBTI y las cortinas de humo” el intelectual y activista Alberto Abreu Arcia asegura que León Báez, uno de los líderes de la iglesia evangélica en Cuba, declaró: “Si no se modifica el tema del matrimonio en el proyecto de Constitución todo votaremos en contra”.

De acuerdo con el Instituto Patmos en 2017 el 10 por ciento de la población cubana profesaba la fe evangélica, mientras que un 35 por ciento se consideraba nominalmente católico. Las denominaciones cristianas están organizadas y tienen presencia a lo largo del archipiélago cubano. Disponen de locales de reunión y de mecanismos de comunicación directa con el Estado. Por ende, el activismo independiente tiene menos ventaja en esta “contienda”.

Muchos defensores de los derechos LGBTI+ en Cuba han tenido que seguir el guión trazado por el Cenesex: Desfilan en mayo a paso de conga y luego regresan a las redes sociales, donde se acumulan denuncias, mensajes y campañas. A las calles no se puede llegar sin la anuencia del Gobierno.

“Las redes sociales y los entornos digitales han venido a suplir las carencias de legitimidad en otros espacios, pero no permiten dar respuesta a todos los desafíos”, explica a Tremenda Nota el joven activista Yadiel Cepero.

“En aras de transformar el estado actual de cosas creo, como muchos otros activistas, que se debe impulsar la agenda LGBTI+ a la par que se impulsan los derechos civiles y políticos. De manera que los colectivos puedan legalizarse, articularse, disponer de espacios de reunión y hacer uso de mecanismos de participación e incidencia política”, asegura Cepero.

Para el fundador de la plataforma de discusión Construyendo una agenda de la diversidad sexual en Cuba, el primer paso de los defensores de los derechos LGBTI+ sería arriesgarse a tomar el espacio público. “La iglesia puso sus carteles y no pasó nada. ¿A qué le tenemos miedo?”

Sin embargo, durante los debates constitucionales un sector del activismo cubano se ha mantenido a la zaga de las iglesias, confiado en el papel del Estado como garante de derechos.

“Tenemos una herencia fuerte de inactividad, de miedo. Muchas veces porque no nos han dejado caminar solos”, asegura la activista y abogada Lidia Romero. “Hemos llegado a un momento importante para impulsar derechos y justo ahora parece que no sabemos qué hacer, ni cómo organizarnos.

Solo el 17 de mayo ―Día mundial de la lucha contra la homofobia y la transfobia― el Gobierno, a través del Cenesex, autoriza que los activistas, personas LGBTI+ o simpatizantes de la causa de los derechos sexuales marchen. (Foto por Yariel Valdés González)

Algunos activistas creen inevitable la aprobación del artículo 68 y, por tanto, asumen que sería ocioso replicar a los grupos religiosos. El periodista Francisco Rodríguez Cruz aseguró en su blog Paquito el de Cuba que no debe temerse a que “la matriz de opinión conservadora de algunas iglesias pueda imponerse al resto de la sociedad”.

El bloguero explica que los resultados de la consulta popular no los definirá la cantidad de firmas que reúnan las iglesias ni el número de planteamientos en contra del artículo 68, “sino el análisis de la pertinencia o no de cada propuesta que surja del debate, por parte de la comisión redactora del proyecto constitucional y del Parlamento que aprobará el texto definitivo antes del referendo”.

La opinión de Rodríguez Cruz se apoya en las declaraciones del Secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta Álvarez. El pasado 17 de octubre, durante la inauguración del Congreso Internacional Abogacía 2018, el jurista dijo: “El Derecho no puede permanecer esclavo perpetuo de rezagos sociales, aún cuando en un momento pueda entrar en colisión con parte del espectro social. En su misión transformadora le corresponde también impulsar el desarrollo”.

‘Vamos a convocar nuevas besadas’

En las últimas semanas varios activistas han puesto a circular en las redes sociales videos cortos donde personas LGBTI+ (o no) muestran su apoyo al artículo 68 del Proyecto de Constitución.

Las páginas 68Va, Acepto, Por el matrimonio igualitario en Cuba, Proyecto Abriendo Brechas de Colores – LGTBI, Construyendo una agenda de la diversidad sexual en Cuba e Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba (ICM) llevan adelante diferentes campañas en las redes sociales. También se suman varios cibernautas desde sus perfiles personales o sus blogs.

Sin embargo, las propuestas o campañas generadas en estas plataformas digitales no logran trascender el espacio virtual en un país cuya población mayoritaria permanece desconectada.

Unos meses atrás, el 11 de mayo, una veintena de intelectuales y activistas cubanos publicaron una detallada agenda por los derechos LGBTI+ en Cuba. El documento — primero de su tipo en el país — incluye 63 demandas específicas y se divide en dos grandes secciones: medidas legislativas y políticas, planes y estrategias. Todos sus firmantes son miembros de la sociedad civil.

Algunos de los suscriptores son activistas que buscan alternativas independientes del Estado o el Cenesex para encauzar sus demandas.

“(El Cenesex) es una institución que excluye a quienes no concuerdan con sus ideas políticas, tampoco socializa los avances de su labor, sino que nos pide confiar en que ʻestán trabajandoʼ, sin tener más información que esto. No nos trata como iguales, ni como parte”, agrega Lidia Romero.

Recientemente, la activista Sandra Álvarez Ramírez, otrora webmaster del Cenesex y miembro del consejo editorial de la revista Sexología y Sociedad, fue replicada por el perfil de Facebook de la institución. “Los ʻperiodistas de verdadʼ no recibimos instrucciones desde Berlín”, escribió Cenesex cuando la psicóloga cubana residente en Alemania preguntó sobre la cancelación del Besuqueo.

Para varios militantes el panorama actual empeora por la falta de articulación de un movimiento LGBTI+ en Cuba. “Si tú no tienes espacios de socialización, ni de accionar, ni una institución que te represente como un todo, y ni siquiera puedes asociarte legalmente, entonces no hay trabajo articulado, pero debemos vencer esos límites”, termina Romero.

Menos unidos, más rezagados que las iglesias, los activistas comienzan a salir discretamente de las redes, empiezan a saber que les corresponde emplazar al Estado, a las instituciones y a una parte de la sociedad negada a que todas las personas alcancen todos los derechos.

Jimmy Roque Martínez — uno de ellos — no cree que los simpatizantes con la causa de los derechos sexuales deban mantenerse esperando los resultados del referendo constitucional con discreción. “Además de las historias de vida y opiniones que comenzaron a circular en las redes sociales, y las páginas creadas también vamos a convocar nuevas besadas, solo que estas no van a cancelarse”, augura.

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Politics

HRC slams White House over position opposing gender affirming surgeries for minors

‘Biden administration is flat wrong on this’

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Human Rights Campaign President Kelley Robinson (Washington Blade photo by Michael Key)

Human Rights Campaign President Kelley Robinson issued a strong rebuke on Tuesday of the Biden-Harris administration’s position opposing gender affirming surgeries for minors.

The New York Times reported on June 28 that the White House, which broadly supports making medical interventions available for transgender youth, had expressed opposition to surgeries for patients under 18, having previously declined to take a specific position on the question.

“Health care decisions for young people belong between a patient, their family, and their health care provider. Trans youth are no exception,” Robinson responded. 

“The Biden administration is flat wrong on this. It’s wrong on the science and wrong on the substance. It’s also inconsistent with other steps the administration has taken to support transgender youth. The Biden administration, and every elected official, need to leave these decisions to families, doctors and patients—where they belong,” she added. “Although transgender young people make up an extremely small percentage of youth in this country, the care they receive is based on decades of clinical research and is backed by every major medical association in the U.S. representing over 1.3 million doctors.”

Robinson said the “administration has committed to fight any ban on healthcare for transgender youth and must continue this without hesitation—the entire community is watching.” 

“No parent should ever be put in the position where they and their doctor agree on one course of action, supported by the overwhelming majority of medical experts, but the government forbids it,” she added.

HRC is a prominent backer of Biden’s 2024 reelection campaign, having pledged $15 million to support efforts in six battleground states. The organization has a strong relationship with the White House, with the president and first lady headlining last year’s National Dinner.

A White House spokesperson declined to respond to Robinson’s statement.

Campaign for Southern Equality President Allison Scott also issued a statement.

“This is a cowardly statement from an administration that promised to support transgender people. It is a troubling concession to the right-wing assault on transgender Americans, falling for their false narratives about surgical care and betraying a commitment to equality and trust in the medical community,” said Scott.

“Let’s be very, very clear: Government has no business inserting itself into private medical decisions that should be exclusively between patients, their providers, and the patients’ parent or guardian,” Scott added.

“It is dangerous to begin endorsing categorical bans or limits on healthcare, and there is no justification for restricting transgender youth’s access to the very same care that many cisgender youth receive every year — that’s literally the definition of discrimination,” Scott concluded. “We demand the Biden administration retract this thoughtless statement and work to undo its damage.” 

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Virginia

Parades, community events held to mark Pride Month in Va.

Upwards of 30,000 people attended PrideFest in Norfolk on June 22

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Shi-Queeta-Lee at Arlington Pride in Arlington, Va., on June 29, 2024. (Washington Blade photo by Michael Key)

Activists across Virginia last month held a series of events to mark Pride Month.

Hampton Roads Pride, a volunteer-run organization founded in 1997, held 37 different Pride events throughout the region in June. 

Their biggest event, PrideFest, which is part of their larger three day event, Pride Weekend, celebrated its 36th anniversary on June 22. Pride Weekend took place from June 21-23 and began with a block party at NorVa in Norfolk. 

PrideFest took place at Town Point Park, and an estimated 30,000 people attended. More than 70 venders participated, while Todrick Hall and Mariah Counts are among those who performed.

Another PrideFest event with a DJ in the afternoon and live music at night took place in Virginia Beach on June 23. Congressman Bobby Scott and U.S. Sen. Tim Kaine (D-Va.) are among those who attended Pride events in Suffolk on June 30.

Norfolk Mayor Kenneth Alexander, along with members of the Norfolk and Virginia Beach City Councils, also attended the Pride events in their respective cities. Jamar Walker, the first openly gay federal judge in Virginia, also took part.

“You know people all throughout Pride Month, at all of our various events, tell me all kinds of stories about their own experiences and the past of this community … and some of our older folks especially, remember when we couldn’t have this,” Hampton Roads Pride President Jeff Ryder told the Washington Blade on Monday during a telephone interview.

“It was a great year,” he added. “It was a big achievement for us to have unique celebrations in each of our seven communities. Each of these cities is so different from one another, but to be able to create a Pride celebration that’s unique in each of those places was really great, and I think really well received by folks who may not have felt represented previously. We’re always trying to do better, to embrace every aspect of our community, and take a big step forward there this year.”

State Dels. Adele McClure (D-Arlington County) and Alfonso Lopez (D-Arlington County) are among those who spoke at Arlington Pride that took place at Long Bridge Park on June 29. The Fredericksburg Pride march and festival took place the same day at Riverfront Park in Fredericksburg.

Republican Virginia Gov. Glenn Youngkin on June 10 hosted a Pride Month reception in Richmond. 

Youngkin in previous years has hosted Pride Month receptions, even though Equality Virginia and other advocacy groups have criticized him for supporting anti-LGBTQ bills.

The Republican governor in March signed a bill that codified marriage equality in Virginia. Youngkin last month vetoed a measure that would have expanded the definition of bullying in the state. 

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U.S. Supreme Court

Concern over marriage equality in US grows two decades after first Mass. same-sex weddings

Gay and lesbian couples began to marry in Bay State in 2004

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(Bigstock photo)

Two decades after Massachusetts became the first state to legalize same-sex marriage, a new study reveals both significant progress and ongoing challenges for married LGBTQ couples in the U.S., with a growing sense of insecurity about the future of their rights.

The Williams Institute at UCLA School of Law surveyed 484 married same-sex couples from all 50 states and D.C. The study, released Monday, marks the 20th anniversary of legal same-sex marriage in the U.S.

Researchers found that 93 percent of respondents cited love as a primary reason for marrying, with 75 percent also mentioning legal protections. Over 83 percent reported positive changes in their sense of security, and 74.6 percent noted improved life satisfaction since marrying.

However, the study also highlighted persistent discrimination and growing concerns about the future. About 11 percent of couples who had a wedding reported facing prejudice during the planning process.

Alarmingly, nearly 80 percent of respondents expressed concern about the potential overturning of the 2015 Obergefell v. Hodges decision, which legalized same-sex marriage nationwide. This anxiety has been exacerbated by initiatives like Project 2025, a conservative policy blueprint that some fear could roll back LGBTQ rights if implemented.

The possibility of a former President Donald Trump victory in the upcoming election has further intensified these concerns. Many respondents cited Trump’s previous U.S. Supreme Court appointments and his statements on LGBTQ issues as reasons for their apprehension. One participant stated, “The thought of another Trump presidency keeps me up at night. We’ve come so far, but it feels like our rights could be stripped away at any moment.”

The current political climate has 29 percent of respondents considering moving to another state, with 52.9 percent citing socio-political concerns as a primary reason. This reflects a growing sense of insecurity among LGBTQ couples about their rights and freedoms.

Brad Sears, founding executive director of the Williams Institute, noted, “The data clearly show that marriage equality has had a profound positive impact on same-sex couples and their families. However, it also reveals ongoing challenges and serious concerns about the future of these rights in light of current political trends and the upcoming election.”

Christy Mallory, legal director at the Williams Institute and lead author of the study, added, “This research provides crucial insights into the lived experiences of same-sex couples two decades after marriage equality began in the U.S. The high level of concern about potential loss of rights underscores the continued importance of legal protections and public support for LGBTQ+ equality.”

The study found that 30 percent of surveyed couples have children, with 58.1 percent of those parents reporting that marriage provided more stability for their families. However, many of these families now worry about the security of their legal status in the face of potential policy changes and shifting political landscapes.

As the nation reflects on two decades of marriage equality, the study underscores both the transformative power of legal recognition and the ongoing need for vigilance in protecting LGBTQ+ rights. The findings highlight the complex reality faced by same-sex couples in America today: Celebrating hard-won progress while grappling with uncertainty about the future, particularly in light of upcoming political events and potential shifts in leadership.

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