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Noticias en EspaƱol

Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador busca dar refugio a personas LGBTQ

Comunidad Santa Marta es albergue

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Iglesia San Rafael ArcƔngel (Foto por Iglesia San Rafael ArcƔngel)

SAN SALVADOR, El Salvador – La Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador (IAES) siempre se ha caracterizado por ser una iglesia inclusiva y de puertas abiertas, desde la creación del Ministerio de Diversidad Sexual en el aƱo 2009, el cual es una pastoral que reĆŗne tanto a personas LGBTQ como tambiĆ©n aliados de la misma comunidad, volviĆ©ndose un espacio en el que todas y todos pueden vivir su fe, libres de discriminación. Ahora la IAES comienza una nueva Pastoral de la Solidaridad, llamada Comunidad Santa Marta, la cual tiene como objetivo brindar refugio, acompaƱamiento personal y pastoral, a personas LGBTQ que han sido expulsadas de sus hogares o se han visto forzadas a realizar migración interna.

En su experiencia pastoral, la IAES ha conocido las realidades que enfrentan las personas LGBTQ, que por motivo de su orientación sexual, identidad y expresión de género son discriminadas en todos los Ômbitos de su vida, dando inicio a una cadena de exclusión desde sus hogares y afectando su desarrollo pleno. Es así como desde la oficina diocesana Dignidad y Justicia, crean este proyecto; pues dicha oficina tiene como objetivo principal, generar condiciones de prevención de la exclusión social, para el acceso a los derechos humanos, disminuyendo la violencia social y migración de las familias en la creación de comunidades de fe con tejido social.

ā€œTrabajar en un proyecto como ‘Santa Marta o Pastoral de solidaridad’, es responder a las necesidades humanas, especialmente cuando hay tanta injusticia, pobreza y desigualdadā€, expresó al Washington Blade el obispo de la IAES, Rvdmo. Juan David Alvarado.

ā€œQueremos dar una respuesta a las personas LGBT que han sido expulsadas de sus hogares o que se encuentran en peligro, ofreciĆ©ndoles un espacio temporal, mientras ellas buscan solución o desarrollan un plan de respuesta personalā€, agrega el obispo. ā€œEl nombre de Comunidad Santa Marta es recordar en el Evangelio cuando JesĆŗs va en camino y llega a la casa de Marta y MarĆ­a, hermanas y amigas de JesĆŗs, quienes dan acogida y acompaƱamientoā€.

La IAES tiene muchas expectativas de este proyecto, pues siempre se han mostrado aliados de la sociedad civil y en sobre todo de las poblaciones históricamente excluidas y vulnerables, el coordinador de la oficina de Dignidad y Justicia dentro de la IAES, Edwin Guardado, expresa que la ā€œilusiónā€ con este proyecto es que la iglesia sea un modelo de atención y acompaƱamiento pastoral en el tema de refugios a personas LGBTQ en condiciones de vulneración de derechos humanos.

ā€œEl que la Iglesia cuente con la experiencia del Ministerio de Diversidad Sexual, es clave para el impulso de la Comunidad de acogida Santa Marta, que estarĆ” ubicada en el departamento de Santa Ana, en la Iglesia San Rafael ArcĆ”ngel, en donde el Rvdo. GermĆ”n López es su rectorā€, menciona al Blade Guardado.  

ā€œLa IAES, al acoger en su misión pastoral, el trabajo con población LGBTI, no solo cumple con el bĆ”sico de nuestras sociedades contemporĆ”neas que es no discriminar, sino cumple con el mandato de nuestro seƱor Jesucristoā€, expresó Guardado.

Se pretende que en este refugio, las personas se resguarden en las instalaciones hasta un mÔximo de 15 días, en los cuales se establecerÔ una rutina de vida para ellas y ellos, se les proveerÔ de alimentación y servicios bÔsicos durante ese tiempo. RecibirÔn el apoyo necesario para la búsqueda de reinstalación con sus redes de apoyo social o familiar.

ā€œSe espera a mediano plazo, con el seguimiento que se le pueda dar, poder apoyarles ya sea a terminar estudios con alguna modalidad flexible del Ministerio de Educación, tambiĆ©n a desarrollar habilidad en tĆ©rminos de emprendimiento en alianzas con diferentes instituciones u organizaciones LGBTIā€, declaró al Blade Cruz Torres, coordinador del Ministerio de Diversidad Sexual de la IAES.

Torres agrega que esperan que el Ministerio de Diversidad Sexual abra un capĆ­tulo con las personas que reciban en la Comunidad Santa Marta y ayudar tambiĆ©n con el acompaƱamiento pastoral de las mismas.  

La IAES en una alianza con Cristosal, organización para la defensa de los derechos humanos, buscarÔ la transferencia de conocimientos y experiencia en el tema de protocolos de atención psicosocial, jurídica, protocolos sobre estudio de casos, esto con el fin de capacitar al grupo diocesano que estarÔ a cargo de las gestiones y planificaciones para la ejecución de la pastoral.

Con este proyecto la IAES deja de manifiesto el cumplimiento de su misión.

ā€œNo comprendo a las iglesias que se llaman cristianas, con una posición muy cerrada sobre el tema de la población LGBTI, porque el Evangelio de JesĆŗs nos invita a anunciar la buena nueva, que es la instauración del Reino de JesĆŗs y ese Reino es justicia, paz, amor y verdadā€, expresó Alvarado. ā€œEn otras palabras el Evangelio es construir una humanidad mĆ”s justa, con equidad, donde los valores nos lleven a una paz integralā€.

Finalmente, Alvarado externa que las iglesias que condenan a las personas LGBTQ no estĆ”n construyendo el Reino de Dios, ā€œposiblemente estĆ”n construyendo su propio reinoā€. Por lo que hace un llamado a que todas y todos deben formarse o educarse en el tema, para comenzar a fomentar el amor en lugar del odio.

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Colombia

Colombia anunció la inclusión de las categorĆ­as ā€˜trans’ y ā€˜no binario’ en los documentos de identidad

Registraduría Nacional anunció el cambio el 28 de noviembre

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(Foto via Bigstock)

OrgulloLGBT.co es el socio mediÔtico del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

Ahora los ciudadanos colombianos podrĆ”n seleccionar las categorĆ­as ā€˜trans’ y ā€˜no binario’ en los documentos de identidad del paĆ­s.

Este viernes la RegistradurĆ­a Nacional del Estado Civil anunció que aƱadió las categorĆ­as ā€˜no binario’ y ā€˜trans’ en los distintos documentos de identidad con el fin de garantizar los derechos de las personas con identidad diversa.

El registrador nacional, HernÔn Penagos, informó que hizo la inclusión de estas dos categorías en los documentos de: registro civil, tarjeta de identidad y cédula de ciudadanía.

SegĆŗn la registradurĆ­a: ā€œLa inclusión de estas categorĆ­as representa un importante avance en materia de garantĆ­a de derechos de las personas con identidad de gĆ©nero diversaā€.

Estas categorĆ­as estarĆ”n en el campo de ā€˜sexo’ en el que estĆ”n normalmente las clasificaciones de ā€˜femenino’ y ā€˜masculino’ en los documentos de identidad.

En 2024 se inició la ejecución de diferentes acciones orientadas implementar componentes ā€œā€˜NB’ y ā€˜T’ en el campo ā€˜sexo’ de los registros civiles y los documentos de identidadā€.

Las personas trans existen y su identidad de género es un aspecto fundamental de su humanidad, reconocido por la Corte Constitucional de Colombia en sentencias como T-236/2023 y T-188/2024, que protegen sus derechos a la identidad y no discriminación. La actualización de la Registraduría implementa estos fallos que ya habían ordenado esos cambios en documentos de identidad.

Por su parte, el registrador nacional, Penagos, comentó que: ā€œse trata del cumplimiento de unas órdenes por parte de la Corte Constitucional y, en segundo lugar, de una iniciativa en la que la RegistradurĆ­a ha estado absolutamente comprometidaā€. Y explicó que en cada ā€œuna de las estaciones integradas de servicio de las mĆ”s de 1.200 oficinas que tiene la RegistradurĆ­a Nacional se va a incluir todo este procesoā€.

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El Salvador

El Salvador: el costo del silencio oficial ante la violencia contra la comunidad LGBTQ

Entidades estatales son los agresores principales

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

En El Salvador, la violencia contra la población LGBTQ no ha disminuido: ha mutado. Lo que antes se expresaba en crímenes de odio, hoy se manifiesta en discriminación institucional, abandono y silencio estatal. Mientras el discurso oficial evita cualquier referencia a inclusión o diversidad, las cifras muestran un panorama alarmante.

SegĆŗn el Informe 2025 sobre las vulneraciones de los derechos humanos de las personas LGBTQ en El Salvador, elaborado por el Observatorio de Derechos Humanos LGBTIQ+ de ASPIDH, con el apoyo de Hivos y Arcus Foundation, desde el 1 de enero al 22 de septiembre de 2025 se registraron 301 denuncias de vulneraciones de derechos.

El departamento de San Salvador concentra 155 de esas denuncias, reflejando la magnitud del problema en la capital.

Violencia institucionalizada: el Estado como principal agresor

El informe revela que las formas mÔs recurrentes de violencia son la discriminación (57 por ciento), seguida de intimidaciones y amenazas (13 por ciento), y agresiones físicas (10 por ciento). Pero el dato mÔs inquietante estÔ en quiénes ejercen esa violencia.

Los cuerpos uniformados, encargados de proteger a la población, son los principales perpetradores:

  • 31.1 por ciento corresponde a la PolicĆ­a Nacional Civil (PNC),
  • 26.67 por ciento al Cuerpo de Agentes Municipales (CAM),
  • 12.22 por ciento a militares desplegados en las calles bajo el rĆ©gimen de excepción.

A ello se suma un 21.11 por ciento de agresiones cometidas por personal de salud pública, especialmente por enfermeras, lo que demuestra que la discriminación alcanza incluso los espacios que deberían garantizar la vida y la dignidad.

Loidi Guardado, representante de ASPIDH, comparte con Washington Blade un caso que retrata la cotidianidad de estas violencias:

ā€œUna enfermera en la clĆ­nica VICITS de San Miguel, en la primera visita me reconoció que la persona era hijo de un promotor de salud y fue amable. Pero luego de realizarle un hisopado cambió su actitud a algo despectiva y discriminativa. Esto le sucedió a un hombre gay.ā€

Este tipo de episodios reflejan un deterioro en la atención pĆŗblica, impulsado por una postura gubernamental que rechaza abiertamente cualquier enfoque de inclusión, y tacha la educación de gĆ©nero como una ā€œideologĆ­aā€ a combatir.

El discurso del Ejecutivo, que se opone a toda iniciativa con perspectiva de diversidad, ha tenido consecuencias directas: el retroceso en derechos humanos, el cierre de espacios de denuncia, y una mayor vulnerabilidad para quienes pertenecen a comunidades diversas.

El miedo, la desconfianza y el exilio silencioso

El estudio tambiƩn seƱala que el 53.49 por ciento de las vƭctimas son mujeres trans, seguidas por hombres gays (26.58 por ciento). Sin embargo, la mayorƭa de las agresiones no llega a conocimiento de las autoridades.

ā€œEn todos los Ć”mbitos de la vida —salud, trabajo, esparcimiento— las personas LGBT nos vemos intimidadas, violentadas por parte de muchas personas. Sin embargo, las amenazas y el miedo a la revictimización nos lleva a que no denunciemos. De los casos registrados en el observatorio, el 95.35 por ciento no denunció ante las autoridades competentesā€, explica Guardado.

La organización ASPIDH atribuye esta falta de denuncia a varios factores: miedo a represalias, desconfianza en las autoridades, falta de sensibilidad institucional, barreras económicas y sociales, estigma y discriminación.

AdemĆ”s, la ausencia de acompaƱamiento agrava la situación, producto del cierre de numerosas organizaciones defensoras por falta de fondos y por las nuevas normativas que las obligan a registrarse como ā€œagentes extranjerosā€.

Varias de estas organizaciones —antes vitales para el acompaƱamiento psicológico, legal y educativo— han migrado hacia Guatemala y Costa Rica ante la imposibilidad de operar en territorio salvadoreƱo.

Educación negada, derechos anulados

Mónica Linares, directora ejecutiva de ASPIDH, lamenta el deterioro de los programas educativos que antes ofrecían una oportunidad de superación para las personas trans:

ā€œHubo un programa del ACNUR que lamentablemente, con todo el cierre de fondos que hubo a partir de las declaraciones del presidente Trump y del presidente Bukele, pues muchas de estas instancias cerraron por el retiro de fondos del USAID.ā€

Ese programa —aƱade— beneficiaba a personas LGBTQ desde la educación primaria hasta el nivel universitario, abriendo puertas que hoy permanecen cerradas.

Actualmente, muchas personas trans apenas logran completar la primaria o el bachillerato, en un sistema educativo donde la discriminación y el acoso escolar siguen siendo frecuentes.

Organizaciones en resistencia

Las pocas organizaciones que aĆŗn operan en el paĆ­s han optado por trabajar en silencio, procurando no llamar la atención del gobierno. ā€œBuscan pasar desapercibidasā€, seƱala Linares, ā€œpara evitar conflictos con autoridades que las ven como si no fueran sujetas de derechosā€.

Desde el Centro de Intercambio y Solidaridad (CIS), su cofundadora Leslie Schuld coincide. ā€œHay muchas organizaciones de derechos humanos y periodistas que estĆ”n en el exilio. Felicito a las organizaciones que mantienen la lucha, la concientización. Porque hay que ver estrategias, porque se estĆ” siendo silenciado, nadie puede hablar; hay capturas injustas, no hay derechos.ā€

Schuld agrega que el CIS continuarÔ apoyando con un programa de becas para personas trans, con el fin de fomentar su educación y autonomía económica. Sin embargo, admite que las oportunidades laborales en el país son escasas, y la exclusión estructural continúa.

Matar sin balas: la anulación de la existencia

ā€œEn efecto, no hay datos registrados de asesinatos a mujeres trans o personas LGBTIQ+ en general, pero ahora, con la vulneración de derechos que existe en El Salvador, se estĆ” matando a esta población con la anulación de esta.ā€, reflexiona Linares.

Esa ā€œanulaciónā€ a la que se refiere Linares resume el panorama actual: una violencia que no siempre deja cuerpos, pero sĆ­ vacĆ­os. La negación institucional, la falta de polĆ­ticas pĆŗblicas, y la exclusión social convierten la vida cotidiana en un acto de resistencia para miles de salvadoreƱos LGBTQ.

En un paĆ­s donde el Ejecutivo ha transformado la narrativa de derechos en una supuesta ā€œideologĆ­aā€, la diversidad se ha convertido en una amenaza polĆ­tica, y los cuerpos diversos, en un campo de batalla. Mientras el gobierno exalta la ā€œseguridadā€ como su mayor logro, la población LGBTQ vive una inseguridad constante, no solo fĆ­sica, sino tambiĆ©n emocional y social.

El Salvador, dicen los activistas, no necesita mƔs silencio. Necesita reconocer que la verdadera paz no se impone con fuerza de uniformados, sino con justicia, respeto y dignidad.

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Noticias en EspaƱol

Un paĆ­s que vota desde el miedo y la esperanza

Candidatos pro-LGBTQ ganaron en todo el paĆ­s

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La ciudad de Miami en 2020. Los resultados de las elecciones del 4 dfueron una llamada de atención para los candidatos anti-LGBTQ y antiinmigrantes.(Foto de by Yariel Valdés GonzÔlez por el Washington Blade)

Estados Unidos volvió a las urnas el 4 de noviembre de 2025, y el resultado fue mucho mÔs que una contienda electoral. Lo que se vivió en Virginia, Nueva Jersey, Nueva York, Miami y California fue una radiografía moral y política de una nación que vota entre el miedo y la esperanza. Los votantes hablaron desde la incertidumbre, pero también desde la convicción de que el país todavía puede ser un espacio de justicia, inclusión y respeto.

Las victorias de Abigail Spanberger en Virginia y Mikie Sherrill en Nueva Jersey, junto al ascenso del progresista Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York, el avance demócrata en Miami y la aprobación de la Proposición 50 en California, marcaron el ritmo de una elección que dejó un mensaje claro para la administración Trump: el miedo puede movilizar, pero no logra sostener el poder. La ciudadanía eligió con el corazón, cansada de los discursos de odio y del espectÔculo político, y con la esperanza de reencontrarse con una política que mire hacia la gente, no hacia el poder.

El caso de Nueva York sintetiza ese cambio de rumbo. Zohran Mamdani, hijo de inmigrantes, musulmÔn y abiertamente progresista, centró su discurso de victoria en la defensa de la dignidad humana y la solidaridad.

ā€œEsta noche hicimos historiaā€, dijo ante una multitud diversa que lo vitoreaba. ā€œNueva York seguirĆ” siendo una ciudad de inmigrantes: una ciudad construida por inmigrantes, impulsada por inmigrantes y, a partir de esta noche, liderada por un inmigrante”.

 Pero su mensaje mĆ”s poderoso fue el que dedicó a las comunidades mĆ”s vulnerables: AquĆ­ creemos en defender a quienes amamos, ya seas inmigrante, miembro de la comunidad trans, una de las muchas mujeres negras que Donald Trump despidió de un trabajo federal, una madre soltera que aĆŗn espera que bajen los precios de los alimentos o cualquier otra persona que se encuentre contra la pared”.

Esas palabras resonaron como una respuesta a los aƱos de retrocesos y ataques legislativos contra las personas LGBTQ y, en especial, contra la comunidad trans. Mamdani prometió ampliar y proteger el acceso a la atención mĆ©dica afirmativa de gĆ©nero, destinando fondos pĆŗblicos para garantizar que ā€œtodos los neoyorquinos tienen acceso al tratamiento mĆ©dico que necesitanā€. Su compromiso coloca a Nueva York como un faro de resistencia frente a la ola de polĆ­ticas restrictivas que han surgido en varios estados del paĆ­s.

Lo ocurrido en noviembre tiene, ademÔs, un profundo significado para quienes viven en los mÔrgenes del poder. Para la comunidad trans, estos resultados representan algo mÔs que un respiro político: son una afirmación de existencia. En tiempos donde el discurso oficial ha buscado borrar identidades, negar tratamientos y criminalizar cuerpos, la victoria de líderes que defienden la inclusión devuelve la esperanza de vivir sin miedo. El voto trans, y el voto LGBTQ en general, fue mÔs que un gesto cívico: fue un acto de supervivencia y de resistencia.

La elección también habló al corazón de las comunidades inmigrantes, de las personas que viven con VIH o enfermedades crónicas, de las minorías raciales y de quienes luchan por un salario justo. En un país donde tantos sienten que la política los ha olvidado, estas victorias locales devuelven la posibilidad de creer en la democracia como herramienta de transformación. Son un recordatorio de que la esperanza no es ingenuidad, sino el acto mÔs valiente de quienes deciden seguir de pie.

Miami, por su parte, envió una señal inesperada. En un bastión republicano históricamente alineado con la administración Trump, la candidata demócrata tomó la delantera y forzó una segunda vuelta. En una ciudad diversa, con fuerte presencia latina, afrodescendiente e LGBTQ, el avance progresista fue un mensaje de ruptura con el voto automÔtico y con la política del miedo. Las urnas del sur de la Florida demostraron que los cambios comienzan en los lugares menos previsibles.

Para la administración Trump, la lectura es clara. El país estÔ enviando una advertencia: los derechos humanos no se negocian. La economía importa, pero también importa la dignidad. Los votantes quieren soluciones reales, no eslóganes; respeto, no manipulación; empatía, no imposición.

Las comunidades LGBTQ y trans han sido el rostro visible de una resistencia que no se rinde. Cada voto emitido fue un acto de esperanza frente al miedo; cada victoria, una respuesta a la violencia simbólica e institucional. Las palabras del nuevo alcalde de Nueva York se convirtieron en símbolo nacional porque trascendieron la política partidista: recordaron que en medio de la oscuridad, la humanidad todavía puede ser una política pública.

Las urnas de noviembre hablaron con la voz de quienes han sido marginados, atacados o invisibilizados. Hablan las personas trans que exigen respeto, las parejas que defienden su amor, los jóvenes que no aceptan ser silenciados, los creyentes que apuestan por una fe inclusiva y las familias que siguen creyendo en un paĆ­s posible. En medio del miedo, el paĆ­s eligió esperanza. Y esa esperanza —imperfecta, frĆ”gil, pero viva— puede ser el principio de una nueva historia: una en la que la igualdad no sea un sueƱo, sino una promesa cumplida.

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